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En este artículo me gustaría compartir contigo cómo se puede vivir en la “Gracia de Dios”, de la teoría a la práctica.

Todavía recuerdo cuando en mis clases de religión me hablaban de “la Gracia de Dios” y la verdad nunca entendí nada, prefería mirar por la ventana y soñar con “las gracias” de las niñas del colegio vecino (tanto soñé que, terminé casado con una de ellas) y creo que lo único que me quedó de esas clases fue un chiste de clase en el que le preguntábamos a los demás: ¿tú sabes por qué se ríen los ángeles?, y cuando el otro contestaba que no, les decíamos: pues por la “Gracia del Señor”, e increíblemente nos reíamos de eso. Si tú te reíste de semejante chiste, fijo estudiaste en un colegio católico y tampoco entendiste nunca que era eso de “la Gracia del Señor”.

Pasaron un buen número de años para entender lo de la “Gracia de Dios”, y la verdad entendí primero lo de las gracias del sexo opuesto, por lo que realmente creo que hay que dar !!gracias al Señor!!.

Sin embargo vivir en la Gracia de Dios es algo muy diferente y la verdad es algo bastante sencillo, poderoso y extremadamente reconfortante en el momento en que lo logramos. Produce la sensación de ponerle un bálsamo al alma, un calmante a la mente, y llena de calor el corazón. Es un momento en el que logramos expresar toda nuestra luz, iluminando nuestra vida y la de los demás. Es el punto en el que avanzamos más rápidamente hacia la felicidad, y es el maravilloso momento en el que Dios “Es” a través de nosotros.

Lograr ese punto maravilloso de nuestra existencia en el que encontramos el reino de los cielos dentro de nosotros, es el momento en que sincronizamos todo nuestro ser con Dios, nuestra mente está en Dios, la mirada ve a Dios, expresa a Dios, y las palabras y acciones son de Dios.

Sé que una explicación así se entiende, pero sigue siendo muy etérea, y no tan fácil de llevar a la práctica. Pero ya que hemos visto (en artículos anteriores: Ver a Dios, en los libros sagrados y en los avisos de todos los taxis) que Dios es Amor, entonces reemplacemos la Palabra Dios por Amor a ver cómo queda el párrafo anterior:

Lograr ese punto maravilloso de nuestra existencia en el que encontramos el reino de los cielos dentro de nosotros, es el momento en que sincronizamos todo nuestro ser con El Amor, nuestra mente está en Amor, la mirada ve el Amor de Dios, expresa Amor, y las palabras y acciones son de Amor.

Así queda un poco más claro. Sin embargo es necesario aclarar qué significa Amar con A mayúscula, pues es allí donde todo cobra sentido y comienza a darnos luces sobre lo que podemos practicar. Cuando entiendes que el Amor no es un sentimiento, que el Amor no es deseo y que ni si quiera es el cariño que le tienes a los demás, sino que entendemos que el verdadero Amor es un Amor como el que enseñó Jesús, entonces y solo entonces podemos elevarnos a entender y vivir en la gracia de Dios. Por eso me permito compartirte o recordarte que el Amor, con A mayúscula, es la profunda Comprensión que te permite Aceptar al otro en sus errores y a la vida con sus vicisitudes, es el entender que vinimos a aprender y que aprender requiere del error para desde allí Darle lo mejor de ti al otro, Asumiendo tu experiencia, Valorando las cosas lindas que te da la vida y los demás, Respetando las experiencias y el aprendizaje de cada cual y Agradeciendo lo que aprendes de la dificultad.

Piensa por un momento y si puedes también siente cómo sería una vida vivida desde este Amor.

Retomemos entonces el párrafo inicial a ver como quedaría:

Lograr ese punto maravilloso de nuestra existencia en el que encontramos el reino de los cielos dentro de nosotros, es el momento en que sincronizamos todo nuestro ser con Comprensión de la vida aceptando todo lo que existe, a los demás y a nosotros mismos. Cuando nuestra mente está en esa comprensión, cuando la mirada ve el Amor de Dios y se expresa comprensión, aceptación, valoración, respeto y agradecimiento en todas las palabras y acciones, dando siempre lo mejor de nosotros, entonces hemos logrado vivir en la “Gracia de Dios..

Ahora la práctica:

Como les contaba en el artículo Firmando la paz de tu corazón, la paciencia es uno de mis grandes aprendizajes, y mi entrenamiento al respecto sigue. En estos días en la cuadra de mi casa los vecinos han hecho bastantes reuniones y las personas que visitan parquean sus carros de tal manera que queda muy poco espacio para pasar, automáticamente al enfrentarme a esa situación, mi mente empieza a pensar en los coeficientes intelectuales e inteligencia vial de estos choferes que han dejado bloqueado el paso. Pero uno de estos días logré ponerme en la “Gracia de Dios” y espero que mi ejemplo te pueda servir.

Tengo un “mantra” que me conecta con ese estado de gracia y es “vinimos a equivocarnos y aprender, vinimos a equivocarnos y aprender, vinimos a equivocarnos y aprender”, lo que es para mí un resumen práctico de: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Esto en lo personal me permite conectarme y adentrarme en el estado de gracia y comprender verdaderamente que tienen derecho a equivocarse, que si Dios les ha permitido parquearse así, es solamente para que yo desarrolle mi paciencia, y entonces acepto la experiencia (renunciando a rayarles el carro), respetando su experiencia de aprendizaje, y agradeciendo el aprender a ser paciente gracias a ellos.

Así cobra mucho sentido la enseñanza de Jesús respecto a que es, el “Amar al prójimo como así mismo” en pensamiento palabra y obra lo que nos permite vivir en la “Gracia de Dios”.

Si se vive así, con esa Gracia, es más sencillo reírse de todo y de si mismo, con una maravillosa paz en el corazón y una fantástica armonía con los demás.

Los dejo, deseándoles que sean muy Felices y que alcancen ese maravilloso estado de vivir en la “Grasia del Señor”… !!!Claro que gracia se escribe con “c”!!!, !!!desde ya puedes empezar a practicar!!!.

Abrazos y bendiciones.

Nos vemos en el siguiente artículo, donde hablaremos de SEXO. Chao.

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